domingo, 3 de octubre de 2010

Orígenes del fascismo Italiano

Según hemos observado anteriormente, el señor Cambó no considera la guerra como una de las causas determinantes de las dictaduras. No nos es posible combatir este criterio oponiendo, nuestros argumentos a los de nuestro preopinante, por la sencilla razón de que no aporta ninguno, limitándose, con su ligereza habitual, a formular una desnuda afirmación sin apoyarla en hechos concretos. Ahora bien: el análisis de estos hechos nos conduce a la conclusión de que el movimiento fascista, culminante en la toma del poder en 1922, y la instauración de un régimen típico de dictadura burguesa descarada, es un producto directo de la guerra.

En los países donde el papel de la industria pesada es predominante, ésta lleva a remolque y sojuzga, en alianza con los grandes bancos, las demás industrias; adquiere una influencia decisiva sobre el Estado y le obliga a realizar una política en armonía con sus intereses: pedidos de una cantidad creciente de armas y navíos de guerra, sumisión de colonias para la construcción de ferrocarriles, etc., etc. A consecuencia de la endeblez de la industria pesada, el capitalismo tenía en Italia poca base económica para una política agresiva de expansión.
Como todo el mundo sabe, Italia, al estallar la guerra, formaba la “Triple Alianza” con Alemania y Austria Hungría. Pero esta alianza, pactada en 1881 cuando Francia se había apoderado de Argel y de Túnez, privando a Italia de las colonias hacia las cuales podía canalizar su exceso de población, carecía en 1914 de bases económicas. La lucha por los mercados, la porfiada competencia en los Balcanes y el Próximo Oriente acercaban el capitalismo italiano a Francia.

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